Los inhibidores de corrosión protegen las estructuras de hormigón armado para prolongar su vida. La humedad y los contaminantes en la atmósfera reaccionan con las superficies metálicas provocando su corrosión. Existe una alternativa para proteger las estructuras metálicas y de hormigón sin la necesidad de grasas ni pinturas, hablamos de la aplicación de inhibidores de corrosión y protecciones contra el agua.
La corrosión es un fenómeno común que sufren todas las estructuras, productos y piezas metálicas, que en muchos casos es casi imposible evitarla, pero es posible controlarla.
El uso de inhibidores es el método más común y generalizado para evitar o disminuir la reacción que existe entre la superficie del metal y el oxígeno del medio que lo rodea.
Cómo actúa un inhibidor de corrosión
La acción de los inhibidores se realiza en dos procesos principales, el primero implica el transporte del inhibidor hacia la superficie del metal y el segundo implica la interacción entre el inhibidor y la superficie formando una capa.
La capa formada puede proteger la superficie del ambiente que lo rodea, o bien puede entregar sus electrones al medio que lo rodea para evitar el proceso de oxidación.
Al agregarse a la solución del electrolito en el proceso de preparación de la superficie, algunos agentes químicos producen una polarización (se carga positiva o negativamente) por concentración sobre la superficie del metal, creando la capa protectora.
La eficiencia de los inhibidores está en función del tipo de metal (o aleación) en un entorno determinado; es decir, si existen variaciones menores en la composición química del metal o en la composición de la solución (entorno), alteran significativamente su eficiencia.
En general son eficaces para aleaciones ferrosas a temperatura por debajo de 149°C. La selección y la cantidad de inhibidor utilizada depende del medio ambiente, el tipo de metal, el tiempo de protección deseado y la temperatura esperada.
Uso de inhibidores de corrosión
Para hacer frente a todo ello, EDICONZA utiliza los inhibidores de corrosión y protecciones contra el agua, que ofrecen una protección adicional al hormigón frente a los agentes externos dañinos que pueden comprometer la estabilidad de su estructura.
Con el empleo de inhibidores de la corrosión, una vez que el inhibidor llega a la armadura, mediante atracción iónica forma una capa monomolecular que reacciona con la superficie del metal, protegiéndolo activamente contra la corrosión.